Prisiones prevé la excarcelación de 118 miembros de ETA en los próximos cuatro años.
La Audiencia Nacional dispone del listado con la previsión de las excarcelaciones. Hasta 2008 podrían abandonar la prisión la cuarta parte de los 539 reclusos etarras.
MADRID. Una cuarta parte de los 539 etarras que actualmente se encuentran en prisión podrían salir en libertad en los próximos cuatro años, entre ellos los «históricos» y sanguinarios José Antonio López Ruiz, alias «Kubati», Inés del Río Prada y Domingo Troitiño Arranz. El nombre de éstos y de los restantes terroristas en puertas del «licenciamiento» definitivo de sus condenas aparece en un listado del que dispone la Fiscalía de la Audiencia Nacional, elaborado por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, según informa la agencia Europa Press.De los 118 etarras que podrían ser excarcelados entre 2005 y 2008, 32 cumplían sus respectivas condenas este año (17 de ellos ya han sido puestos en libertad). En 2006, son 48 los que podrían abandonar la prisión. No obstante, estas previsiones pueden sufrir modificaciones en función de la situación personal de cada interno, tal y como ha ocurrido, por ejemplo, con Mercedes Galdós y Fermín Ventura Pérez.Salida adelantadaLa primera -histórica de ETA elegida por la banda en 1996 como integrante del grupo negociador del «frente de makos»- preveía salir en 2006, pero es posible que sea excarcelada este mismo año al haberle sido aprobada una nueva redención que reduce el periodo de cumplimiento de su condena. Galdós es, dentro de ETA, la mujer que en más acciones criminales ha participado, con un total de 17. Por su parte, Fermín Ventura verá retrasado el momento de su excarcelación al encontrarse en la situación contraria a Mercedes Galdós. Este miembro del «comando Txalupa», detenido en Pamplona en 1989, iba a salir de la cárcel el pasado 13 de julio, pero le fueron suspendidas las redenciones, por lo que deberá esperar hasta el próximo año.Otros terroristas cuya excarcelación podría producirse de aquí a final de año son, junto a Mercedes Galdós, los también miembros de la banda terrorista ETA José Ignacio Arruti Aguirre (cuyo «licenciamiento» definitivo de la condena no iba a producirse hasta el año 2009); María Itziar Arrizabalaga (2017); Anselmo Olano Arbelaitz (2016); Ana María García Rueda (2017); Francisco Javier Garmendia Arrieta (2014); Enrique Labay Machín (2014) y Juan Carlos Fachal Agrelo (2019). El adelanto de sus excarcelaciones se debe a que, habiendo sido condenados por el Código Penal de 1973 -casi todos estos internos fueron detenidos en la década de los ochenta-, han tenido la posibilidad de redimir sus penas realizando actividades en el centro penitenciario o matriculándose en la Universidad.Beneficios penitenciariosPara 2006, se prevé que salgan de prisión 48 terroristas, de los que 23 están condenados también por el Código Penal antiguo y, por lo tanto, han podido gozar de beneficios penitenciarios. A los otros 25 se les aplicó el texto punitivo aprobado en 1995, que eliminó la redención de las penas.Así, en 2006 -y dentro del primer grupo de 23 presos- podrán salir a la calle el «histórico» Domingo Troitiño Arranz y José Antonio López Ruiz, «Kubati», sobre los que pesan condenas centenarias. Troitiño, miembro de una saga de etarras, intervino en el atentado con coche-bomba cometido en 1987 contra el centro comercial Hipercor de Barcelona, en el que murieron 21 personas. El terrorista palentino fue detenido en septiembre de 1987. Por su parte, a «Kubati» se le atribuye, entre otros, el asesinato de la etarra Dolores Cataraín, «Yoyes», en septiembre de 1986 en Ordicia (Guipúzcoa). La lista en poder de la Fiscalía de la Audiencia Nacional prevé que en 2007 puedan quedar en libertad un total de 26 terroristas. En este caso, la mayoría (20) fueron condenados con el Código Penal vigente y sólo 6 por el texto derogado. Entre estos últimos figura Francisco Javier Lujambio Galdeado, alias «Pakito», cuya libertad se adelantará de 2014 a 2007. Este terrorista fue condenado en 1985 a 57 años de cárcel por asesinar, cinco años antes, a dos guardias civiles que se encontraban en el interior de un bar de Goizueta (Navarra). Los asesinatos los cometió después de haber sido extraditado por Francia.En 2007 también podrían salir a la calle Juan Andrés Urquizu Ormazabal, cuya excarcelación estaba prevista para 2016; Amaya Segurola Aguirre (2016); José Ramón Martínez García (2011) e Ignacio Orotegi Ochandorena (2016).De 3.000 a 21 añosPara 2008 están previstas otras quince excarcelaciones. De ellas, 12 son de miembros de ETA condenados con el Código Penal de 1973 y las restantes, de etarras a los que se ha aplicado el vigente. Entre los doce primeros se encuentra la «histórica» Inés del Río Prada. Apodada «Nieves» y «Pekeña», la terrorista acumula condenas que suman cerca de tres mil años de prisión, de los que cumplirá 21, ya que su salida de la cárcel está prevista en julio de 2008 y no en 2017, que es el año en el que habría cumplido su pena si no hubiera redimido. El Código Penal con el que fue condenada limita a 30 el periodo máximo de cumplimiento.Ese mismo año, podrían abandonar la prisión Juan María Gabirondo Agote, que cumplía en 2016; el grapo Jesús Cela Seoane (2020); Peio José Etxeberría Lete (2019); Miguel Turrientes Ramírez (2016); Aitor Olabarría Burón (2010); Francisco Zabala Echegaray (2010); Inmaculada Pacho Martín (2021); Juan Carlos Pérez Ojuel (2020); Pedro Juan Odriozola Aguirre (2018); Fernando Etxegarai Gaztearena (2017) e Ignacio Fernández de Larrinoa (2019).
Libertades hirientes.
AUNQUE esperado, resulta preocupante y hasta ominoso el dato de que en los próximos cuatro años 118 presos etarras van a quedar en libertad tras haber cumplido una parte -pequeña, en la mayoría de los casos- de las condenas que les habían sido impuestas. La lista de los futuros excarcelados ha sido elaborada por la Dirección General de Prisiones y remitida a los fiscales de la Audiencia Nacional, quienes, por buena que sea su intención -que, sin duda, lo es- poco podrán hacer para evitar que queden libres. El caso del etarra De Juana Chaos es un ejemplo de la absurda lenidad de las leyes penales con criminales contumaces, a los que se bonifica por dudosas actividades académicas o laborales en el interior de las cárceles y se ignora su reafirmación terrorista. El mantenimiento in extremis de De Juana en prisión fue un alivio pero no es la solución para un problema que afecta gravemente a la confianza en el sistema penal y a la perduración de los éxitos en la lucha antiterrorista. Hay pocas alternativas a esta puesta masiva en libertad de terroristas. La mitad de los nuevos casos fueron condenados al amparo del Código Penal de 1973, que preveía generosas reducciones de condena por actividades de «reinserción» y buen comportamiento. La otra mitad han sido condenados con el Código de 1995, que suprimió las redenciones de condena, pero eludió implantar el cumplimiento íntegro de las penas, tomando como referencia para conceder la libertad condicional no la condena impuesta en sentencia, sino el tiempo máximo de cumplimiento -30 años- salvo que el tribunal sentenciador acordara otra cosa. Esto es lo que permite que etarras condenados a centenares de años, salgan de prisión tras haber cumplido quince o veinte años.La reforma de 2003 estableció el cumplimiento íntegro de la duración máxima de la prisión, que podía llegar hasta los cuarenta años, limitando la libertad condicional al cumplimiento de las cuatro quintas partes y siempre que el preso hubiera mostrado un arrepentimiento verificable, con condena de la violencia, colaboración con la Justicia y petición de perdón. La posibilidad de aplicar esta norma a las excarcelaciones futuras es discutible, aunque hay tantos argumentos a favor como en contra. En todo caso, la obligación de la Fiscalía es revisar cada supuesto, auditar al día cada redención concedida a los etarras y estudiar la constitucionalidad de aplicarles la reforma penal de 2003.
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