19 agosto 2007

MANUEL VEGA ALOCÉN - Director del Centro Penitenciario de Eivissa y Formentera
«La solución de la criminalidad está en la prevención primaria»

«La rotación de nuestro personal alcanza el 80% cada año. Es una salvajada» «Los funcionarios de prisiones somos los grandes desconocidos de la sociedad española. La gente, además, tiene la imagen de las películas americanas de trabajadores represores y torturadores y nada más alejado de la realidad.


ELENA SÁNCHEZ

EIVISSA.- Con una formación académica de infarto, Manuel Vega Alocén (Madrid, 1963), es el nuevo director del centro penitenciario de Eivissa y Formentera desde el pasado 20 de junio. El centro le es «familiar» y dice que lo conoce «perfectamente» porque ya lleva tres años trabajando en él. Confiesa que el objetivo principal desde su cargo en una cárcel que califica de «nada conflictiva» es mejorarla en todos los aspectos con el fin de que los internos puedan reinsertarse una vez fuera. En julio, agosto y septiembre, el centro que ahora dirige el madrileño Vega Alocén, sufre, como muchos otros servicios en la isla, overbooking.

PREGUNTA.- ¿Cómo se ha encontrado la prisión desde la toma de cargo de director a nivel general?

RESPUESTA.- Pues la he encontrado bien. Llevo trabajando en ella tres años y la conozco perfectamente. Mi objetivo es continuar con la política del anterior director, haciendo lo posible por mejorar el centro e incrementando la actividad del tratamiento para la rehabilitación social del preso que es, una de las prioridades de los funcionarios de prisiones.

P.- Hábleme de cifras. ¿Cuántos internos acoge el centro penitenciario en la actualidad?

R.- A fecha 15 de agosto tenemos en el centro a 140 internos, de los cuales 86 son penales, lo que representa el 61,4% de la población. Por otra parte, hasta 54 son preventivos, que supone el 38,6%. Dentro de los penales hay que destacar que están clasificados por primer grado segundo grado y tercer grado. En primer grado, que para entendernos son los malos, no hay ninguno. En esta prisión, aunque reúne los requisitos de seguridad, se traslada a los internos cuando llevan más de un año aquí. Generalmente van a Palma. En segundo grado, tenemos a 36 internos, lo que representa el 32% del total. En tercer grado están los internos que hacen vida en libertad, aunque duermen en la prisión y son 25, el 22%. Un porcentaje que hay que destacar porque la media española es del 12% y lo que la Dirección General quiere potenciar a toda costa es el tercer grado como una de sus políticas prioritarias.

P.- El centro dispone de un módulo para mujeres. ¿Cuántas internas hay?

R.- Hay 16. Es un número alto, lo normal es que haya una media de ocho y normalmente no supera la decena.

P.- Imagino que una de las peculiaridades del centro penitenciario de Eivissa es el alto número de internos extranjeros.

R.- Efectivamente. En verano se incrementa el número de extranjeros. Tenemos un número muy alto, hasta 63, que supone un porcentaje del 45% cuando la media española está en el 32%. Pero por las características de Eivissa, es lógico.

P.- Un rotativo británico anunciaba hace unas semanas que Eivissa, junto con una isla griega y otra chipriota tenían el récord de internos británicos en sus cárceles. ¿Qué tiene esto de cierto?

R.- Pues ahora mismo tenemos representados 15 países en nuestra prisión. Hay 19 internos de Marruecos, 15 de Italia, cinco de Colombia, otros cinco de Rumanía, cuatro de Argelia y dos de Reino Unido, pero son cifras que varían mucho. Eso sí, se mantienen los marroquíes, que siempre están a la cabeza.

P.- ¿Y los delitos más frecuentes?

R.- Los más comunes son los delitos contra la salud pública, con 37 casos, lo que representa el 39,8%, seguido por los 36 casos de robo, el 38,7%. Después vienen los delitos de violencia doméstica, que hay 11, un 11,8%; homicidios, ocho y lesiones, siete, por citar los delitos más representativos.

P.- ¿Es un centro conflictivo?

R.- Nada, nada. No es conflictivo, sino más bien tranquilo. Nuestros peores meses son julio, agosto y septiembre. Cuando la isla se vacía, la prisión también lo hace. Hay delitos que son de poca entidad y los internos van superando las condenas. Los que soportan penas largas suelen ser trasladados. Eso sí, el movimiento en esta cárcel es continuo. Por otra parte, normalmente los internos que han cometido delitos contra la salud pública o por hurtos suelen pagar una fianza y si pueden hacerse cargo de la cifra, vuelven a sus países a la espera de la celebración del juicio. Otro aspecto

que tenemos en cuenta antes del traslado es su relación familiar. Si es gente de Eivissa los dejamos aquí porque tenemos muy en cuenta la vinculación familiar.

P.- ¿Cuáles son las características de este centro en comparación con otros españoles?

R.- Es un centro pequeño en el que las medidas de seguridad no son tan grandes como en las prisiones que se denominan tipo. La prisión tipo en España es la de Soto del Real, en Madrid, inaugurada en 1995. Todas las hechas con posterioridad son muy parecidas o prácticamente iguales, lo que ha provocado que no haya habido ninguna fuga. La nuestra es pequeñita, se inauguró en el año 84.

P.- Si el centro fue construido antes de que se pusiera en marcha esta prisión tipo quizá sea más fácil fugarse. ¿Han tenido problemas con esto?

R.- Tuvimos una fuga recientemente, el pasado 29 de junio. Un interno se intento fugar pero no paso del muro del modulo ya que la Guardia Civil lo pilló a tiempo. Aprovecho la ocasión para decir públicamente que hacen una gran labor. Desde que el brigada Juan Manuel Medina se ha hecho cargo del mando ha mejorado notablemente tanto la seguridad como los traslados.

P.- ¿Se ha puesto en marcha en Eivissa el control telemático? ¿Cómo está funcionando?

R.- De los 25 internos en tercer grado, ocho están bajo control telemático, aplicando el artículo 86.4 del reglamento penitenciario. Se trata de lo más audaz que tiene la institución ahora mismo. Ocho personas con pulseras hacen una vida de lo más normal, hasta duermen en su casa. Es un sistema que funciona bastante bien. Ocurre que se está produciendo un fenómeno y la sociedad no le está dando cuenta. Es el concepto de prisión abierta, que está dejando de lado al de prisión cerrada. Por supuesto es un paso paulatino pero ya se nota tanto en la legislación como en la práctica diaria y ayuda al interno a una reinserción más rápida y eficaz.

P.- Ya que me habla de reinserción. ¿Es posible?

R.- Pues es un problema difícil de resolver. Está claro que cuando el Derecho Penal interviene se trata de una intervención tardía porque el delito ya se ha cometido. La realidad es que es complicado retractar a personas mayores, sin embargo, resulta mucho más fácil con los jóvenes. La solución de la criminalidad está en programas de prevención primaria. Hay que fomentar la buena educación en las escuelas, formar a buenos maestros y considerar la importancia de las familias. Es una labor alargo plazo.

P.- Uno de los problemas en la isla es el déficit de profesionales. ¿Ocurre lo mismo en el centro penitenciario?

R.- Al respecto del personal el problema al que nos enfrentamos es la rotación, que alcanza el 80%, lo que es una salvajada. Esto es, que de cada 100 trabajadores, 80 cambian anualmente, lo que dificulta el trabajo. El problema fundamental es que la gente no quiere trabajar en Eivissa porque el plus de insularidad no es el mismo que en Canarias. Si tienen que abandonar la Península prefieren ir a Ceuta, Melilla o Canarias. El último lugar que eligen es Baleares y los que vienen lo hacen pensando de antemano que en breve se van a ir. Esta rotación complica la actividad diaria del centro, sobre todo el trabajo de oficina con programas informáticos definidos, sin desmerecer, eso sí, el de vigilancia, que por supuesto es importantísimo.

P.- ¿Cuánto personal trabaja actualmente en el centro?

R.- Ahora hay 99 funcionarios. Faltan siete interinos que cesaron sus contratos y hasta septiembre no se incorporarán.

P.- Una parte importante dentro de un centro penitenciario son las actividades que se llevan a cabo con los internos. ¿Qué se está llevando a cabo?

R.- Pues tenemos una oferta variada. Tenemos permanentes dos talleres de manualidades y cerámica que llevan a cabo los educadores del centro. Hay un taller de vídeo forum y otro de animación a la lectura. Desde hace meses están redactando la revista 'Paso a Paso' de periodicidad trimestral. Tenemos atención a drogodependientes dos veces por semana; la Asociación de Lucha Contra el Sida, Alas, imparte cursos de educación para la salud; Proyecto Hombre desarrolla programas de deshabituación de drogas y Cruz Roja realiza programas de sobre drogas y talleres de habilidades sociales y teatro. He de agradecer a todas las organizaciones y entidades que colaboran de manera desinteresada, así como al Club Náutico de Sant Antoni que nos deja a los monitores y sus instalaciones gratuitamente cuando hacemos salidas, así como a la empresa de transporte Ibiza Tours que nos ofrece los desplazamientos.

También tenemos un convenio con el Consell para actos deportivos y culturales y con la Asociación Pitiusa de Familiares de Enfermos Mentales, Apfem que nos proporcionan su monitor de cerámica.

P.- ¿Cómo están las instalaciones de la prisión de Eivissa?

R.- Están impecables porque hace cuatro años que venimos haciendo obras y reformas. Es una de nuestras prioridades también. Ahora están trabajando en los patios, se va a empezar una reforma de la planta baja de los módulos, éstos se están pintando…

P.- ¿Qué tiene de cierto esa imagen sórdida de los directores de prisiones?

R.- Me gustaría aclarar esa mala fama que tenemos, no sólo por mi figura sino por todos los funcionarios de prisiones. Son los grandes desconocidos de la sociedad española. La gente tiene la imagen de las películas americanas de funcionario represor y torturador y nada más alejado de la realidad. El funcionario de prisiones está muy cualificado, sobre todo el de vigilancia y más de la mitad son titulados que cuentan con una gran preparación.