La Policía sólo vigilaba dos de las siete garitas de control cuando se fugó el preso
La delegada del Gobierno reconoce que algo falló y anuncia un aumento de la presencia policial. El recluso fue detenido cuatro horas y media después de la fuga en su casa de las Cuestas de Orinaza
Sólo dos de las siete garitas de vigilancia existentes en el Centro Penitenciario de Badajoz eran ocupadas por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía el martes por la noche, una circunstancia que pudo resultar determinante en la fuga protagonizada por el joven de 20 años que logró burlar los controles de seguridad interiores y exteriores del recinto carcelario y marcharse a pie a su casa de las Cuestas de Orinaza, donde fue detenido cuatro horas y media después.
El dato, que ha sido facilitado por una fuente próxima a la investigación, pone de relieve la escasez de agentes que se encargan de vigilar la cárcel pacense, un problema que fue reconocido ayer por la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira.La representante del Gobierno en la región indicó en Mérida que en el momento de producirse la fuga la dotación de policías nacionales era de seis, cifra que se va a incrementar automáticamente con un agente más y que se situará en ocho o nueve cuando se apruebe el nuevo catálogo de puestos de trabajo.
Las limitaciones en materia de personal asumidas por la delegada explicarían las facilidades que tuvo J. A. P. C., de 20 años de edad, para atravesar el muro exterior de la cárcel, del que bajó utilizando una sábana.Aunque la Delegación del Gobierno en Extremadura no ha dado a conocer aún el resultado de la investigación abierta, todo parece confirmar que el interno aprovechó un momento en el que no era controlado por los dos funcionarios de prisiones que vigilaban su módulo para saltar a un tejadillo que no está suficientemente protegido y lanzarse al patio de ronda.Una vez allí se dirigió a la puerta de acceso de una de las garitas y trató de echarla abajo, pero se dio la circunstancia de que la cabina de vigilancia elegida era ocupada por un agente del Cuerpo Nacional de Policía que se percató de lo que estaba sucediendo.
En ese momento el interno también debió comprobar que la garita estaba ocupada, por lo que cejó en su intento y corrió hacia la garita vacía situada en el otro extremo, echó abajo la puerta, subió por la escalera metálica que permite llegar a la cabina desde la que vigila el policía, abrió la ventana exterior, ató la sábana que llevaba y se descolgó.
El director del Centro Penitenciario, Carmelo Charfolé, asegura que las alarmas funcionaron correctamente y que la Policía Nacional se percató de lo que estaba sucediendo, pero incluso así el joven tuvo tiempo más que de sobra para dirigirse a la valla metálica que rodea el perímetro carcelario, saltarla, y perderse campo a través.
El representante de CSI-CSIF en el Centro Penitenciario, Diego Márquez, insistió ayer en nombre de todos los sindicatos presentes en la cárcel en que la responsable de lo ocurrido es la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, a quien acusó de desoír las denuncias realizadas por los sindicatos solicitando una ampliación de la plantilla policial.Fuentes penitenciarias han asegurado que hasta el año 1998 el control exterior de la cárcel era asumido por la Guardia Civil, cuyos agentes ocupaban un mínimo de cuatro garitas para impedir la fuga de los presos.
A partir de esa fecha se hizo cargo de la vigilancia el Cuerpo Nacional de Policía, que preveía destinar 50 agentes a esta función (10 por turno) para garantizar la seguridad en una cárcel con más de 700 internos.Ésa era la teoría, puesto que las limitaciones de personal que padece la Policía en Badajoz sólo permiten destinar una media de seis agentes a esta función. Así las cosas, el número de policías destinados a la cárcel ronda la cifra de 30, a razón de seis por turno.
Carmen Pereira no ocultó en su comparecencia de ayer que algo había fallado en la vigilancia de la cárcel, pero garantizó que en el módulo número 3, donde estaba recluido el preso que se fugó, sólo se encuentran presos preventivos (a la espera de juicio) que no presentan especial peligrosidad.Este extremo no coincide con los datos aportados por las fuentes penitenciarias consultadas por HOY, quienes garantizan que en el mismo módulo en el que se encontraba J. A.hay tres presos de la banda terrorista ETA.El responsable del Sindicato Unificado de Policía en Badajoz, Pedro Donoso, ha señalado que «la Administración es responsable de lo sucedido por no dotar la cárcel de personal suficiente, o en su defecto de medios técnicos, para garantizar que no se escapen los presos».
Dando por sentada esa idea, añadió que la responsabilidad de lo ocurrido el jueves atañe tanto a los funcionarios de Prisiones que vigilan el interior de la cárcel como a los policías que controlan en perímetro exterior. «Si no hubiese accedido al patio de ronda es seguro que no se hubiera escapado».En opinión de Donoso, la cárcel de Badajoz debería contar con 15 funcionarios policiales para garantizar la seguridad. «Eso permitiría dar cobertura a las siete garitas de vigilancia que existen en la prisión».
También los representantes del sindicato Comisiones Obreras en la cárcel criticaron la escasez de personal y de medidas de seguridad externas en el recinto carcelario. «La falta de personal del Centro Penitenciario de Badajoz, con una RPT antigua y no actualizada a las necesidades actuales y unas medidas de seguridad obsoletas, como ya hemos comunicado en diferentes ocasiones a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias y a la Delegación de Gobierno, hace posible que el número de fugas haya aumentado en los últimos cuatro años».
Desde este sindicato se ha indicado que la actuación de los funcionarios del módulo y del resto del personal, incluida la dirección del centro, fue serena y profesional, evitándose de ese modo posibles alteraciones en el funcionamiento interior de la cárcel.Los funcionarios del módulo detectaron la ausencia del recluso a las 7.30 de la tarde, justo cuando iban a hacer el recuento para la cena, que se había adelantado para que pudieran ver el partido de la Selección española. A esa misma hora estaba produciéndose la fuga en la que se vio involucrado el joven pacense, que había sido llevado a la cárcel a la espera de que sea juzgado por un presunto robo con violencia e intimidación.
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hoy.es
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