15 enero 2008

ALMERÍA
Las presas vivirán en un módulo reformado para verano y dirán adiós a su hacinamiento

Las obras de adaptación, ya en marcha, permitirán que las nuevas celdas puedan acoger a 100 mujeres frente a las 60 que en la actualidad puede haber en su departamento
En algunas prisiones, como esta de archivo, hay partes adaptadas a las presas con hijos.
Las presas de El Acebuche van a mejorar sustancialmente sus condiciones de vida en unos meses. La Dirección General de Instituciones Penitenciarias se ha acordado de los 22 años de la prisión almeriense sin reformas y de las críticas del Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, en un informa especial sobre las condiciones en las que viven las mujeres en las cárceles andaluzas para poner en marcha unas obras que permitirán la reforma del módulo uno y el traslado de las condenadas hasta allí.
La remodelación, que comenzó hace un par de meses, consisten en el arreglo de 50 celdas en las que, además de un inodoro y un lavabo, se están colocando duchas junto con la instalación de una lavandería o el alicatado de las partes comunes, entre otros aspectos.
La inversión conllevará una mayor capacidad de acogida de mujeres privadas de libertad por la comisión de diferentes delitos ya que se estima que en el espacio que se prepara se podrá atender a 100 internas frente a las 60 que en estos momentos tienen cabida en el departamento de mujeres del centro penitenciario.
Fuentes penitenciarias consultadas por IDEAL detallaron que cuando el módulo esté listo -se prevé que de cara al verano- se registrará «una gran mejora en la habitabilidad de las internas» que, hoy por hoy, llegan a las 54. Las mismas fuentes precisaron que se está notando un incremento paulatino en el número de encarcelamiento de mujeres y que ello está obligando a tener en cuenta determinadas necesidades o intereses que los hombres -aún mayoría en las prisiones- no planteaban.
Llama la atención, por otro lado, que hasta 20 reas están disfrutando en la actualidad del tercer grado y sólo vuelven a El Acebuche para dormir después de pasar su jornada trabajando en el exterior y con sus familias. Además, otro pequeño grupo se beneficia del control telemático por el que es posible que se queden a dormir en sus casas aunque, eso sí, vigiladas a través de una pulsera que emite la señal de su ubicación exacta.
La mejora del espacio que les espera es posible tras dos años de trabajo y realizando modificaciones en la organización del centro.
El traslado de los presos de primer grado fue el primer paso -después de muchas reivindicaciones, también hay que recordarlo, de los funcionarios de prisiones en las que se quejaban de la saturación y falta de medios con las que hacían su trabajo- y, más tarde, el traslado de los penados que se encontraban en las instalaciones que ahora son objeto de obra. Asimismo, señalan las fuentes, los etarras que siguen en la prisión almeriense pasaron a un módulo mucho más pequeño que en el que estaban el pasado año. Una cosa fue llevando a la otra y terminará con las mujeres en un módulo que se encuentra en el extremo del corredor central y cerca de uno de los campos de la prisión en el que se están planteando, asimismo, realizar algunos talleres e incluso instalar un invernadero en el que preparar a los interesados para trabajar en el sector agrícola de la provincia cuando les llegue el momento de reinserción en la sociedad.
Que hasta ahora las delincuentes estaban hacinadas es una realidad puesta de manifiesto en un informe del Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, de 2007. Fue este representante el que no dudó en usar la palabra «hacinamiento» a la hora de hablar de Almería.
La mayoría de las cárceles, aseguraba en su estudio, no están adaptadas a la realidad de una mayor presencia en ellos de féminas. Y no era la prisión almeriense precisamente un ejemplo, a juicio de Chamizo, de cómo deben de convivir las presas ya que el actual departamento de mujeres es «de reducidas dimensiones» y eso lleva a que se mezclen «habitaciones para dos y tres internas».
Esa ocupación en los cuartos no es ni nada más ni nada menos que «una acumulación muy excepcional en el conjunto de centros andaluces», en palabras del Defensor del Pueblo.
Y, llegando más lejos, Chamizo afirma que «no existe en los demás centros con mujeres presas una zona más hacinada que esta de Almería, salvo en Puerto II (Cádiz)».Según los datos de los que dispone el Defensor, ninguna de las 62 mujeres que en el momento de afrontar el asunto -la cifra máxima que permite acoger las instalaciones para mujeres en El Acebuche- estaba sola en su celda.
Además, en un apartado llamado 'dependencia auxiliar' la convivencia era posible gracias a que «las propias internas lo mantienen limpio y en orden bajo el control y vigilancia de las funcionarias» que trabajan mano a mano con ellas y de forma diaria.
En ese mismo lugar, apuntó entonces, se encuentran «otras cuatro habitaciones, una con dos camas, otra con tres, otra con cinco y otra con seis, todas reducidísimas».La «discriminación» -según Chamizo- llegaba a tal punto en este espacio al que dentro de poco darán el adiós que existen tres celdas para internas en tercer grado «que deberían de estar en un centro de inserción social, que tampoco existe en la provincia».
A diferencia de los hombres, lamentaba el Defensor, no cuentan con más zonas de taller que «una habitación para taller de costura con seis máquinas de coser y otra que sirve de peluquería» aunque, eso sí, tienen una pequeña escuela que viene siendo utilizada en dos turnos.
Con estas críticas y las de la parte de la prisión para hombres, el Defensor no deja de reclamar a Interior un nuevo centro penitenciario de carácter polivalente y la urgente construcción de un centro de inserción social.
Las mejoras, como puede desprenderse de la afirmación de Chamizo, serán bienvenidas aunque sus exigencias se elevan por encima de ellas.
Los delitosDesde hace tres años, según se desprende de diferentes documentos publicados en el Anuario Estadístico de Andalucía de 2006, aumenta el número de mujeres que son detenidas acusadas de cometer algún delito o falta en la provincia almeriense.
En la mayor parte de los casos cometen robos o delitos contra la salud pública como el tráfico de drogas y terminan ingresando en El Acebuche, en el departamento de mujeres.
Los últimos datos sobre arrestos, entre los años 2003 y 2005 señalan que, cada vez más, también la delincuencia tiene rostro femenino. Mientras que en 2003, los arrestos de mujeres supusieron un 9,53 por ciento del total, en 2004 esa cifra aumentó al 11,36 por ciento y en 2005 llegó al 11,92 por ciento.
Pese a esos incrementos, las diferencias en cuanto a la comisión de actos delictivos entre hombres y mujeres es aún elevada y queda clara sólo al observar el último dato recogido en 2005: Frente a las 1.018 féminas arrestadas hubo 7.522 varones.
La mayor parte de las condenadas en Almería lo son por robos, seguido de los delitos contra la salud pública, desveló Chamizo.

noticia publicada en:
ideal.es