06 julio 2009




VALENCIA. El sindicato CSI-F denunció ayer la falta de funcionarios en los centros penitenciarios de la Comunidad Valenciana para supervisar la entrada los presos en tercer grado a su regreso diario a la cárcel. El sindicato aseguró que sólo cinco trabajadores controlan la llegada de 600 presos en Picassent. La falta de medios humanos hace que sea prácticamente imposible evitar la entrada en el centro de drogas y sea más difíciles de atajar peleas o altercados de otro tipo.
El representante del CSI-F de los funcionarios de prisiones Javier Tovar afirmó ayer que el caos se repite en el caso de la cárcel de Fontcalent. Allí, el Centro de Inserción Social (CIS) (donde acuden los presos de tercer grado a pasar la noche) se hizo pensado para 80 plazas, y actualmente alberga 200 presos. El objetivo del sindicato es el de catalogarlo como de 100 plazas, para convertirlo en un departamento autónomo del centro de prisiones con personal suficiente. Tovar explicó que, pese al buen comportamiento habitual de este tipo de presos, actualmente se hace imposible controlarlos correctamente por la falta de funcionarios. «No podemos hacerles pasar uno a uno», manifestó.

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