Un 'sicario' intenta matar a un preso en Morón por deber 300 euros a otro interno
Dos heridos, un funcionario y un interno, es el saldo del primer incidente violento que se produce en el Centro Penitenciario Sevilla II, en Morón de la Frontera, inaugurado hace menos de un año y cuya seguridad han cuestionado los sindicatos desde ese mismo momento. Especialmente por la escasez de personal y las dificultades para vigilar a los 1.200 presos que ya se acumulan tras sus muros, que podría haber facilitado una reyerta protagonizada por un recluso muy peligroso que intentó matar, por encargo, a otro interno.
Tanto es así, que las carencias de seguridad habrían permitido que dentro de la cárcel existan mafias dedicadas a la extorsión y sicarios dispuestos a matar por dinero.
Según ha podido saber EL MUNDO de Andalucía, el suceso se produjo el lunes en torno a las 12.30 horas en el módulo 2 de la cárcel moronense, cuando un preso identificado como Enrique O.R., que cumple una condena de más de diez años por asesinato, la emprendió a puñaladas en la cabeza contra otro interno, Juan Manuel R.S., que sufrió varios cortes en el cuero cabelludo y que necesitó hasta doce puntos de sutura.
La agresión se produjo cuando los internos se encontraban en el patio del módulo y allí el agresor se abalanzó contra la víctima y le asestó varias puñaladas hasta que intervino un funcionario que, alertado por los gritos, medió entre ambos y trató de reducir a Enrique O.S.
CSIF denuncia que el incidente demuestra las carencias en seguridad de la cárcel
Fue en ese instante, cuando forcejeaba con el preso, cuando el funcionario recibió una puñalada en el brazo izquierdo, a la altura del codo, por la que necesitó asistencia sanitaria, varios puntos de sutura y se encuentra de baja desde entonces.
Al parecer y según las fuentes penitenciarias consultadas, el intento de asesinato de Juan Manuel R.S. fue un encargo de otro interno, al que la víctima, que cumple condena por un robo con violencia, adeudaba 300 euros.
El agresor, señalaron estas fuentes, es sumamente peligroso y es conocido, precisamente, por actuar como matón a sueldo para extorsionar y cobrar deudas a cuenta de quienes manejan los grupos mafiosos que se han ido formando en el interior del penal.
Sólo tras la intervención de varios funcionarios más fue posible controlar al asesino convicto, aunque aún pudo golpear a otro trabajador de la cárcel de Morón cuando era trasladado a un módulo de aislamiento, donde permanece confinado tras aplicarle la dirección de la prisión el artículo 75.1 del Reglamento Penitenciario.
Los funcionarios le incautaron, a modo de arma del crimen, un bolígrafo que el preso había afilado concienzudamente y rellenado para darle más consistencia y al que había dotado de un pequeño mango que lo hacía fácil de ocultar y, al mismo tiempo, un navaja casera muy peligrosa.
Este incidente demuestra, a juicio del coordinador de Prisiones de CSIF, Claudio Esteban, las carencias que todavía presenta la penitenciaría de Morón en materia de seguridad, así como la falta de medios humanos de un recinto inaugurado hace apenas unos meses por la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, y que aún no está a pleno rendimiento.
Pese a esto, a que sólo alberga 1.200 internos, la plantilla de funcionarios, estimada por el sindicato CSIF en alrededor de 400, es «claramente insuficiente», ya que, señaló Esteban, debería haber, al menos, 200 más.
En este sentido, el coordinador de CSIF reclamó medidas urgentes para paliar esta situación y, sobre todo, un aumento de plantilla que garantice la vigilancia y la seguridad de los internos y de los propios funcionarios.
Tanto es así, que las carencias de seguridad habrían permitido que dentro de la cárcel existan mafias dedicadas a la extorsión y sicarios dispuestos a matar por dinero.
Según ha podido saber EL MUNDO de Andalucía, el suceso se produjo el lunes en torno a las 12.30 horas en el módulo 2 de la cárcel moronense, cuando un preso identificado como Enrique O.R., que cumple una condena de más de diez años por asesinato, la emprendió a puñaladas en la cabeza contra otro interno, Juan Manuel R.S., que sufrió varios cortes en el cuero cabelludo y que necesitó hasta doce puntos de sutura.
La agresión se produjo cuando los internos se encontraban en el patio del módulo y allí el agresor se abalanzó contra la víctima y le asestó varias puñaladas hasta que intervino un funcionario que, alertado por los gritos, medió entre ambos y trató de reducir a Enrique O.S.
CSIF denuncia que el incidente demuestra las carencias en seguridad de la cárcel
Fue en ese instante, cuando forcejeaba con el preso, cuando el funcionario recibió una puñalada en el brazo izquierdo, a la altura del codo, por la que necesitó asistencia sanitaria, varios puntos de sutura y se encuentra de baja desde entonces.
Al parecer y según las fuentes penitenciarias consultadas, el intento de asesinato de Juan Manuel R.S. fue un encargo de otro interno, al que la víctima, que cumple condena por un robo con violencia, adeudaba 300 euros.
El agresor, señalaron estas fuentes, es sumamente peligroso y es conocido, precisamente, por actuar como matón a sueldo para extorsionar y cobrar deudas a cuenta de quienes manejan los grupos mafiosos que se han ido formando en el interior del penal.
Sólo tras la intervención de varios funcionarios más fue posible controlar al asesino convicto, aunque aún pudo golpear a otro trabajador de la cárcel de Morón cuando era trasladado a un módulo de aislamiento, donde permanece confinado tras aplicarle la dirección de la prisión el artículo 75.1 del Reglamento Penitenciario.
Los funcionarios le incautaron, a modo de arma del crimen, un bolígrafo que el preso había afilado concienzudamente y rellenado para darle más consistencia y al que había dotado de un pequeño mango que lo hacía fácil de ocultar y, al mismo tiempo, un navaja casera muy peligrosa.
Este incidente demuestra, a juicio del coordinador de Prisiones de CSIF, Claudio Esteban, las carencias que todavía presenta la penitenciaría de Morón en materia de seguridad, así como la falta de medios humanos de un recinto inaugurado hace apenas unos meses por la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, y que aún no está a pleno rendimiento.
Pese a esto, a que sólo alberga 1.200 internos, la plantilla de funcionarios, estimada por el sindicato CSIF en alrededor de 400, es «claramente insuficiente», ya que, señaló Esteban, debería haber, al menos, 200 más.
En este sentido, el coordinador de CSIF reclamó medidas urgentes para paliar esta situación y, sobre todo, un aumento de plantilla que garantice la vigilancia y la seguridad de los internos y de los propios funcionarios.
Noticia publicada en:
elmundo.es
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