05 septiembre 2007

Interior sospecha que los islamistas en huelga tienen apoyo exterior

La huelga de hambre que desde el pasado sábado mantienen doce presos islamistas de cuatro centros penitenciarios -tres de la Comunidad Valenciana y el de Topas (Salamanca)-, ha hecho saltar las alarmas en el Ministerio del Interior, ya que por primera vez hay datos objetivos de que este colectivo, sin duda especialmente sensible para la seguridad nacional, ha comenzado a organizarse y es capaz de preparar y ejecutar una acción de protesta de forma coordinada. Las características de la revuelta hacen que los responsables de Prisiones sospechen que los implicados «disponen de algún tipo de apoyo en el exterior», según las fuentes consultadas por ABC.
El primer examen de la correspondencia de los huelguistas no reveló datos de interés para la investigación, si bien se ha decidido someterla a un segundo análisis, mucho más profundo, por si se ocultaran en ella mensajes en clave, a través por ejemplo de determinados versos del Corán o de expresiones comunes.
Igualmente se cotejan todas las visitas que han recibido los internos, por si alguna persona ha estado en los últimos meses en todos los centros penitenciarios implicados. Esta posibilidad, sin embargo, se considera poco probable ya que ese individuo sería identificado rápidamente, lo que daría al traste con la trama. Por ello, lo más lógico, según las citadas fuentes, es que haya una persona designada para cada prisión que se encarga de trasladar los mensajes de la organización a los internos y los mensajes de éstos al resto del grupo.
La existencia de esa organización que actúa como centro de coordinación en el exterior de las cárceles estaría también avalada por el hecho de que muchos de los huelguistas no tienen ninguna relación aparente. Junto a tres de los supuestos cabecillas de la matanza de Madrid -Hassan el Haski, Otman el Gnaoui y Youssef Belhadj- y un miembro de la célula del GIA liderada por Allekema Lamari y que declaró como testigo en ese juicio -Abdelkrim Bensmail- aparecen individuos vinculados con actividades de financiación de Al Qaida o con la red desmantelada en la «operación Tigris», dedidicada entre otros delitos a enviar mujahidines a Irak.
«Discriminaciones»
Por tanto, una acción coordinada de todos ellos sólo se explica si hay un elemento aglutinador en el exterior; en otras palabras, una organización. «Los presos árabes se quejan muchas veces de que sufren discriminaciones, pero ese sentimiento no es tan fuerte como para aglutinar a ese colectivo», afirman las fuentes.
En el interior de las cárceles, tal como informó ayer ABC, parece que son Hassan el Haski y Abdelkrim Bensmail quienes ejercen un cierto ascedente sobre el resto. El caso del primero es especialmente significativo ya que vuelve a involucrarse en una acción de este tipo, pues lideró la huelga en la que participaron 14 acusados de la matanza de Madrid.
Los auténticos móviles de la protesta -que en sus escritos alegaran que estaban encarcelados sin pruebas y que eran «honrados ciudadanos»- no se conocen, pero las fuentes consultadas hacen hincapié en que falta poco tiempo para que se conozca la sentencia del 11-M, que sin duda será un referente en la lucha contra Al Qaida no sólo en España sino en todo el mundo. No se descarta, pues, que la red terrorista haya ordenado a sus presos movilizaciones para tensar el ambiente hasta que se conozca el fallo de la Sala Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional, previsto para octubre.
Uno de los aspectos de la protesta que más ha llamado la atención a los responsables de Prisiones es que los escritos de los huelguistas en los que comunicaban a la dirección de sus respectivos centros penitenciarios que iban a comenzar una huelga de hambre fueron enviados distintos días y, sin embargo, en todos ellos eran similares las justificaciones y coincidían en el día que fijaban para comenzar la acción. «Es imposible que eso sea una casualidad», afirman las fuentes.
Consideración aparte merece el hecho de que el periódico argelino «El Khabar» ya anunciara el domingo que un grupo de presos argelinos -en realidad hay siete marroquíes, cuatro argelinos y un turco- estaban en huelga de hambre en protesta por su encarcelamiento. La noticia había llegado hasta allí el mismo sábado, cuando ni siquiera se conocía en España, toda vez que no fue hasta el pasado lunes por la mañana cuando se conoció la dimensión exacta de los acontecimientos. Y más llamativo aún resultaba que un denominado presidente de la Federación Europea de Comunidades Argelinas, Noureddie Belmedah, confirmara al rotativo la noticia y añadiera además que desconocía cómo se había podido coordinar la protesta, toda vez que los reclusos estaban en aislamiento y en cárceles distintas. Los investigadores están muy interesados en conocer cómo le llegó a él la información del comienzo de la huelga.
Exámenes médicos
En cuanto a la situación de los presos, ayer no se había producido novedad alguna. Siguen sin ingerir alimentos, aunque sí líquidos, y están sometidos a un riguroso control médico para evitar mayores problemas. Ninguno de ellos se ha negado a ser atendido.
Fuentes de Instituciones Penitenciarias, además, no descartan que en los próximos días más presos islamistas se sumen a la protesta, una vez que han conocido la actitud de sus compañeros. Sin embargo, los protagonistas de esas posibles nuevas adhesiones, en principio, simplemente se sumarían pero no habrían participado en la planificación de la revuelta.