26 marzo 2008

Otro susto más en Picassent

Gracias a la conversión de las cárceles en espacios de "celebrities" con la entrada en ellas de Mario Conde, Julián Muñoz o Farruquito, la imagen que tenemos de esos lugares no responde exactamente a la realidad.
Con la vinculación del famoseo a una realidad que tiene muy poco de glamurosa, perdemos la referencia de lo que es su vida allí.
De los centros penitenciarios conocemos, habitualmente, la entrada, con famosos en la puerta, o el interior, con un coro o un grupo de teatro dando ejemplo de superación.
Pero poco más. Luego, ya no volvemos a saber nada de ellos hasta que se produce una situación grave.
Eso es lo que ha sucedido en Picassent hace unos días cuando algunos presos han retenido y herido a dos funcionarios en lo que supone el tercer intento de secuestro desde noviembre y apenas unos días después de la muerte de un preso porque otro le tiró un televisor a la cabeza.
Durante un tiempo daba la impresión de que era un problema de Cataluña porque todas las noticias sobre motines y conflictos sucedían en cárceles radicadas allí.
Sin embargo, en los últimos meses estamos viendo cómo la Comunitat Valenciana está ganando un triste protagonismo. Uno de los problemas que sufren las cárceles es la masificación, y la prueba es que los mayores problemas aparecen en las cárceles hipersaturadas.
La solución pasa por construir nuevas dependencias, como en la Comunitat Valenciana, la futura cárcel de Albocàsser. Pero es insuficiente. Lo que resulta llamativo es que, mientras la sociedad es exigente respecto a la ratio profesor/alumno en las escuelas o a la de pacientes/médico en los centros de salud, no se escandaliza por los datos que llegan de la situación carcelaria en nuestro país que, en muchos casos, es la duplicación del número de internos en relación a las plazas previstas.
Si eso es contraproducente en un colegio, qué decir de un espacio cerrado y privado de libertad donde el nivel de conflictividad es mayor.

noticia publicada en:
lasprovincias.es