28 enero 2009

El aumento de presos amenaza con colapsar la cárcel a los 6 años de abrir

El incremento de la población reclusa y el traslado a Alicante II de internos de Fontcalent y Murcia genera saturación y provoca mayor conflictividad


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El centro penitenciario Alicante II, situado en el término municipal de Villena,

El centro penitenciario Alicante II inició su actividad en Villena durante el verano de 2002 con una capacidad máxima que Instituciones Penitenciarias fijó inicialmente en 1.100 reclusos. Seis años después ya ha superado los 1.400. Lo hizo por primera vez la semana pasada, concretamente con 1.426 internos, una cifra que sin embargo ha bajado esta semana hasta los 1.386 debido a las habituales conducciones y los tránsitos diarios de presos entre los diferentes centros penitenciarios.
Dos motivos explican un fenómeno que comienza a preocupar a los funcionarios de Alicante II porque cuando la saturación crece entre rejas también crece la conflictividad. La cárcel de Villena no es ajena al aumento de la población reclusa que se viene produciendo en toda España pero el mayor problema al que se enfrenta en estos momentos es haberse convertido en un destino "fácil" para paliar la masificación, ya crónica, en la que se encuentran inmersas las prisiones de Fontcalent en Alicante y de Sangonera en Murcia. Una circunstancia en la que influye la propia normativa penitenciaria por la obligación de mantener a los penados cerca de sus domicilios para no romper vínculos familiares, y también por la conveniencia de no alejar a quienes cumplen condenas preventivas y tienen causas pendientes en juzgados de la zona.
En la actualidad la mayor parte de los módulos residenciales de Villena se encuentran completos con 140 presos que comparten las 72 celdas de dos camas que hay en cada uno de estos pabellones. De esta situación sólo se libran los módulos 2 y 3, donde se hallan los presos multireincidentes y por tanto más conflictivos. También el módulo de menores, donde conviven internos de entre 18 y 21 años, está a la mitad de la capacidad de sus 41 celdas. Una situación que contrasta con la que se viene registrando desde hace meses en el pabellón de mujeres, que está colapsado con más de 78 reclusas. Por este motivo está siendo necesrio desviar a algunas de estas internas al departamento de ingresos de forma provisional, una medida que los sindicatos de prisiones critican al tiempo que advierten de los problemas que comienzan a detectarse en el centro como consecuencia directa del aumento de la población reclusa. En este sentido denuncian que la falta de espacio incrementa la conflictividad y pone en peligro la efectiva aplicación de los criterios de clasificación y separación de los internos para que ingresen en un módulo u otro en función de su historial penitenciario, la pena aplicada, el contexto social del que proceden, el tipo de delito cometido así como su comportamiento, progresión de grado y perfil personal.

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