Funcionarios de Botafuegos salvan a un interno que se ahogaba

No acostumbra a quedarse hasta muy tarde después de cenar, pero aquella noche estuvo más horas despierto porque se enganchó a una película. En la litera de la misma celda dormía su hermano, pero no de manera plácida. Escuchó que su respiración era ruidosa y pesada y su instinto le dijo que algo no iba bien.

Hacía tiempo que no le repetían ataques epilépticos y se estaba ahogando. Llamó a los funcionarios de la prisión de Botafuegos que estaban de guardia aquella noche, la del martes al miércoles, la de la huelga general, y lo sacaron como a los toreros cuando han recibido una cornada en la plaza. Su destino era el mismo: la enfermería. Allí el jefe de servicios le aplicó los primeros auxilios y el médico de guardia consiguió estabilizarlo. Los mismos presos hablaron de milagro.

Fuera o no fuese, lo cierto es que si su compañero de celda no hubiera estado en vela, si los empleados de la prisión no hubieran actuado con efectividad, si no hubiera recibido los primeros auxilios y si el médico no hubiera estado, tal vez, otro final habría que contar.

El director de Botafuegos, Francisco Márquez, indicó ayer que rara es la semana que no ocurre un incidente de este tipo. Destacó la labor de la plantilla y la del médico de guardia. En lo que va de 2010 no se ha registrado ningún fallecido, ni de manera natural. En 2009 tampoco los hubo de esos que se consideran de forma violenta (sobredosis, suicidios...).

El lesionado del principio fue trasladado en una ambulancia al hospital Punta de Europa y ya ha regresado a la prisión. Los funcionarios acabaron exhaustos aquella guardia, uno incluso cuando llegó a la enfermería después de transportar a este enfermo, de 36 años y que supera los 100 kilos de peso, se mareó del esfuerzo y hasta vomitó. También pudieron ser los nervios de encontrar a aquel interno que no tenía apenas pulso. El médico les certificó que tal vez un minuto más hubiera sido demasiado tarde. Vamos, que básicamente le salvaron el pellejo.

Su hermano se tranquilizó cuando vio que ya estaba estabilizado. No dejó de lamentar que era muy joven y no le para de dar vueltas a la cabeza sobre qué hubiera sucedido si no hubiera estado viendo aquella película. A partir de ahora seguro que el filme de su vida. En este caso, también les benefició que los reclusos superan la capacidad de la prisión. En teoría las celdas deberían estar ocupadas de manera individual, pero para acoger a todos los presos se han colocado literas. El penal algecireño estaba pensado para 1.008 personas, pero el nivel de ocupación supera esta cifra.

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