18 septiembre 2005

La prisión de Córdoba registra la mayor cifra de agresiones de toda España Las amenazas a los funcionarios se multiplican por cinco desde el 2000 y las peleas entre presos pasan de ocho a 43 en cuatro años, según los datos de Interior.


ÁNGEL ROBLES
Agresiones a funcionarios, coacciones, autolesiones, intentos de fuga, reyertas... Las incidencias entre los muros del centro penitenciario de Córdoba han experimentado un espectacular aumento en los últimos cuatro años, hasta el punto de que en 2004 se convirtió en la cuarta prisión de España en amenazas de internos a funcionarios y en la primera en trabajadores agredidos por los reclusos.
El centro de internamiento cordobés, de dimensiones mucho menores a los de Valencia, Soto del Real (Madrid) o Zuera (Zaragoza), encabezó así el registro de incidentes regimentales contra funcionarios –sólo la superó Valencia–, según la estadística elaborada por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias.
Los primeros datos recabados se remontan al 2000. La cárcel provincial registró ese año un número mínimo de infracciones.
En total, se produjeron siete peleas entre reos con consecuencias leves, una disputa que se saldó con un herido grave, un episodio de autolesiones y diez casos de coacciones a funcionarios.
El aumento progresivo de población interna parece haber sido la causa de que en años sucesivos el volumen de problemas se haya multiplicado.
Ya en 2001, las peleas entre reclusos habían aumentado un 150 por ciento.
Los informes del Ministerio de Interior recogen 15 disputas con lesiones leves y otras cinco de carácter grave.
El capítulo de autolesiones muestra 14 casos –en el año anterior sólo se había producido uno– y el apartado de amenazas a trabajadores de Instituciones Penitenciarias registra un aumento del 50 por ciento –15 casos frente a diez.
El volumen de incidencias no ha parado de aumentar, y en el 2002 se alcanzaron cotas alarmantes que no se registraron siquiera en la penitenciaría de Valencia, con una población que supera en un 33 por ciento a la del centro cordobés.
Mientras aquí fueron amenazados 59 funcionarios –un 286 por ciento más que en el anterior periodo– en el centro valenciano se computaron sólo dos casos. 2002 dejó otros datos preocupantes: seis internos intentaron fugarse del centro –la cifra más elevada de todas las prisiones del Estado– y un interno falleció como consecuencia de una agresión –ese año hubo cinco víctimas mortales por reyertas en el territorio nacional.
El alto índice de siniestralidad se mantuvo hasta el año pasado, cuando la cárcel de Córdoba registró 12 episodios violentos contra funcionarios, el mayor número del país.
También fueron muy superiores a la media los datos de funcionarios amenazados y de reyertas entre reos. Sólo Valencia y Soto del Real (Madrid) superaron las cifras cordobesas, y en las prisiones de Zuera (Zaragoza), Topas (Salamanca) o Málaga –todas con más población que la de Córdoba– los datos fueron muy inferiores.
En la capital de la Costa del Sol, por ejemplo, no se registraron agresiones ni amenazas a funcionarios, mientras que aquí hubo 12 episodios violentos contra trabajadores, 50 casos de amenazas y 43 peleas entre internos, dos de ellas con consecuencias graves.
La capacidad real del centro penitenciario de Córdoba es de 1.080 internos, aunque en la actualidad existe una sobreocupación de 620 personas –en el momento de realizarse la estadística había 1.588 presos–. "La masificación está al límite", avisó el delegado del CSI-CSIF, Pedro Pozuelo.
El sindicato equiparó el centro con un "barco a la deriva": "Carece de timonel y va sin rumbo merced a los vientos que soplen. Si se mantiene a flote es gracias a la profesionalidad y la entrega de los funcionarios".
Es una noticia de: