26 septiembre 2007

La prisión de Jaén se suma a las 'cárceles de puertas abiertas' con un nuevo 'módulo de respeto'
A esta inminente medida se suma la apertura de una Unidad Terapéutica Educativa que funcionará antes de final de este año La dirección se compromete a agotar las posibilidades en medidas y programas específicos para la reinserción social de los internos
Las puertas de las celdas estarán abiertas de par en par todo el día. Algo impensable en el resto de los módulos. Pero allí no habrá miedo a los robos. No habrá. Ni peleas. Ni drogas. Habrá presos «implicados en las actividades» que se comportan de una forma «amable y respetuosa», según explicó ayer el director de la prisión provincial Jaén II, Manuel Martínez, quien aprovechó la celebración del Día de la Merced para anunciar la apertura inmediata en el centro de un 'módulo de respeto'. Una apuesta por la reinserción social de los internos alejándolos de la siempre tensa y claustrofóbica vida del 'talego' para crear un «espacio de sociedad normalizada».Los presos que quieran participar tendrán que pedirlo voluntariamente. Los que sean seleccionados firmarán un compromiso: renuncian a cualquier acto de violencia. Si tienen algún problema, una comisión formada también por reclusos hará una labor de mediación y pondrá una solución que ellos acatarán. No se emborracharán. No tendrán ni consumirán drogas. Tendrán su celda siempre limpia y ordenada. Incluso -como ocurre en algunas prisiones donde ya hay 'módulos de respeto'- no usarán capuchas ni gorros (muy habituales en prisión) sino que vestirán ropa de calle.En el 'módulo de respeto' no hay lugar para una de las mayores fuentes de problemas para los presos: «la ociosidad». Madrugarán y tendrán una apretada agenda de actividades, explica el director Manuel Martínez. Todos participarán en el funcionamiento del módulo: órganos para resolver conflictos, grupos de limpieza, talleres, cursos, comités de bienvenida a los nuevos...Con la ayuda de los funcionarios, los internos participan en una experiencia cercana a la autogestión. El que se salte las normas (peleas o por ejemplo un positivo en un control sorpresa de estupefacientes) vuelve al infierno de la cárcel en su sentido convencional. Así de simple.
El primer 'módulo de respeto' comenzó a funcionar hace ya cinco años en León, como una experiencia piloto. Desde entonces, con resultados que Instituciones Penitenciarias califica de exitosos, se han abierto otros diez más. Ahora se prepara la puesta en marcha de otros 20, entre los que está el de Jaén.
Se espera que en el futuro sea el modelo de sistema penitenciario español y estén en todas las prisiones.«Hacemos que los internos participen, que no sean sólo seres que esperan a que pase el tiempo», asegura el director del centro.
Reinserción:
Si la apertura del 'módulo de respeto' está prevista para mediados de octubre, un mes después puede estar ya en marcha la Unidad Terapéutica Educativa. El funcionamiento básico es similar al del módulo de respeto, pero allí los internos seleccionados trabajarán específicamente «sobre el problema por el que están allí». De esta forma se prepararán para solucionar los problemas que se les pueden presentar cuando salgan. Está previsto extender estos grupos de terapia y trabajo que ya existen a más materias y reclusos. Como extranjeros, que siguen ganando peso en la población reclusa (en Jaén son ya más del 10%). Y todo el favor de las políticas de reinserción social de los delincuentes. Actualmente, alrededor del 70% de los internos son reincidentes.En esta línea -aunque no en un módulo aislado- funcionan ya en la prisión programas de integración específicos para internos de primer grado que no tienen posibilidad de disfrutar de permisos, agresores sexuales y maltratadores. Son grupos de 15 internos que trabajan de forma específica sobre los problemas que han hecho que acaben entre rejas. Psicólogos, educadores y trabajadores sociales les ayudan.
Los internos también participan de forma voluntaria en estas iniciativas de reinserción.«Tratamiento y seguridad no son conceptos antagónicos sino complementarios», insiste el director Manuel Martínez. El subdelegado del Gobierno, Fernando Calahorro, destacó ayer en su discurso institucional de La Merced el compromiso de los funcionarios de prisiones «no sólo con la labor de custodia, sino con la de reinserción con un colectivo (el de los presos) muy necesitado».

Noticia publicada en:
idealdigital