La nueva cárcel de Maó también acogerá presos con largas condenas
El alcalde de Maó anuncia que únicamente ingresarán reclusos de la isla cuya conducta no revista riesgo o peligrosidad
El centro polivalente para reclusos de Menorca acogerá reclusos de larga duración. Lo reconoció el alcalde de Maó, Arturo Bagur, durante la exposición de los resultados de la entrevista que mantuvo a principios de semana con Instituciones Penitenciarias en Madrid. El edil matizó que se tratará de «presos no peligrosos» y siempre serán menorquines o residentes que tengan aquí su familia. Añadió que antes de trasladarlos se realizará un estudio detallado de cada caso para decidir si traerlos a Menorca supone una mejora o no para su reinserción social.
Bagur dejó claro que el nuevo centro no admitirá gente de otras procedencias por lo que no se puede hablar de cárcel sino de «centro polivalente dimensionado a una pequeña zona». Según el edil será el primero de este tipo que se construya en España. El alcalde explicó que dispondrá de un máximo de 100 plazas.
Este centro ya contaba con alojar a presos de fin de semana y reclusos de segundo y tercer grado que sólo deban pernoctar en el recinto y que realicen paralelamente trabajos de reinserción social.También está previsto que se utilice para albergar a los presos que se trasladen a la isla para ser juzgados o como calabozos municipales dejando un mayor margen de maniobra a las policías locales que ya no deberán reservar efectivos para vigilar a estos cautivos.
Arturo Bagur y la teniente de alcalde Gari etrus se mostraron muy satisfechos de que Instituciones Penitenciarias y el Ajuntament de Maó tuvieran los mismos criterios a la hora de definir los usos que debía tener el centro polivalente. Pero a pesar del avance en este sentido, Bagur reconoció que aún quedan temas por cerrar. Entre ellos destaca el de la ubicación definitiva. Aunque existe una cesión de suelo junto al cuartel de la Guardia Civil aún hay que formalizar todo el proceso.
La inclusión de presos de larga duración es una vieja aspiración de la Pastoral Penitenciaria de Menorca que siempre defendió que encarcelar a menorquines fuera de la isla suponía una pena añadida de destierro que sufrían tanto ellos como los familiares que querían visitarles.
PastoralHay que recordar que desde el obispado de Menorca ya se anunció en agosto de 2006 que la diócesis realizaría un seguimiento a los presos de tercer grado en el centro polivalente dentro de las tareas de reinserción social. Precisamente su labor en el campo de las personas presas motivó que el obispo de Menorca, Joan Piris, recibiera la Medalla de Oro al Mérito Social Penitenciario en septiembre de 2006. Aunque desde el equipo de gobierno se señaló que los presos de larga duración ya estaban previstos desde hacía algún tiempo, fuentes de la Administración General del Estado rechazaron este extremo. El portavoz del PP, Juan Manuel Lafuente, se manifestó en términos parecidos. El popular añadió que «aún no tenemos una opinión formada sobre si el hecho de acoger presos de larga duración iba a ser bueno o no para la isla».
Se calcula que en la actualidad hay algo más de medio centenar de reclusos menorquines en cárceles fuera de la isla. La gran mayoría se encuentran recluidos en Palma.
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