26 septiembre 2008

VALLADOLID

Los funcionarios no logran controlar los teléfonos, desde los que se ha llegado a amenazar a mujeres maltratadas


Interior instala inhibidores en la cárcel para evitar que los presos usen el móvil
Una de las torres de vigilancia de la prisión de Valladolid. / EL NORTE
La Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha instalado desde antes del verano equipos que bloquean el uso de los teléfonos móviles en todo el perímetro de la cárcel de Valladolid, situada en las cercanías del término municipal de Villanubla.
Con la instalación de los inhibidores de frecuencia, el Ministerio del Interior pretende evitar el uso que cada vez era más frecuente de estos teléfonos desde dentro de la prisión por parte de la población reclusa, una utilización que está prohibida y frente a la cual los responsables de la cárcel vallisoletana encontraban dificultades para ponerle freno.
La instalación de estos equipos en todas las cárceles de Castilla y León comenzó después de que se tuviera conocimiento por parte de los responsables de prisiones de las amenazas realizadas a algunas mujeres víctimas de malos tratos por parte de sus ex parejas o agresores, que se encuentran en régimen preventivo o cumpliendo condenas.
Fuentes relacionadas con la prisión de Valladolid reconocieron que el uso de este tipo de tecnología había crecido en los últimos años, «y de hecho era prácticamente imposible detectar la entrada de los móviles».
Los funcionarios han observado que el modo en el que entraban los teléfonos era mediante dos sistemas. Por un lado, cuando se llevaban a cabo las visitas de los familiares de los internos, o cuando se autorizaba el vis a vis, que impide que se pueda cachear al visitante cuando entra dentro del recinto carcelario. La ausencia en los encuentros de un funcionario que vigilase facilitaba la introducción de los móviles.
El hecho de que la mayoría de los equipos de telefonía móvil tengan componentes de plástico dificulta también que se dispare la alarma cuando la persona pasa por el arco detector de metales.
El segundo sistema que han descubierto los funcionarios para introducir los teléfonos en las prisiones es el de ocultarlos en alguna de las partes del cuerpo de la persona que regresa de un permiso, o del familiar que acude a visitar al interno.
«Los meten por piezas y se ha llegado a localizar hasta baterías en el ano», reconoce un empleado de la prisión vallisoletana. La presencia de enchufes eléctricos en celdas, y el hecho de que se pueda recargar el saldo mediante las llamadas a la operadora, han facilitado el uso de estos equipos.
Incomunicación en casas
Sin embargo, la aplicación del nuevo sistema de incomunicación mediante inhibidores afecta también al entorno de las viviendas donde residen algunos de los funcionarios de la prisión de Valladolid, lo que ha generado cierto malestar en las familias que han de utilizar la línea de telefonía fija para poder comunicarse con el exterior.
Esta circunstancia se está tratando de resolver mediante la limitación de la longitud de la frecuencia de inhibición que se aplica. La reducción de la cobertura de las operadoras afecta también a los propios funcionarios que trabajan en las oficinas y se amplía a las zonas del aparcamiento.

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el norte de casatilla.es