02 febrero 2009

Las prisiones gallegas apuran el régimen abierto para paliar su saturación

Interior pretende que uno de cada cuatro reclusos cumpla su pena fuera de la cárcel






La directora de la cárcel de Teixeiro, Silvia Alonso Vicario

A CORUÑA Tras seis años como funcionaria en Instituciones Penitenciarias, Silvia Alonso (Madrid, 1976), se ha convertido en la primera mujer al frente de la cárcel de Teixeiro. Acababa de enterarse de que estaba embarazada, cuando -en octubre- le dieron la noticia de su nuevo destino. Hasta entonces, desempeñaba el cargo de subdirectora de tratamiento en el penal de A Lama.
-El lema de la ferrolana Concepción Arenal, "Odia el delito y compadece al delincuente", ¿sigue siendo válido hoy?
-Desde la Secretaría General se utiliza muchas veces. En la inauguración del curso de funcionarios la utilizó Virgilio Valero, director de Gestión de Recursos en Instituciones Penitenciarias. Entendida siempre en el contexto distinto que supone cada época, sigue vigente.
-¿Se siente heredera de Victoria Kent?
-Heredera no, pero Victoria Kent es un referente. No sólo en Instituciones Penitenciarias sino también fuera. Cuando las mujeres no tenían un papel político ni relevante, ella lo tuvo.
-El Gobierno de Zapatero ha apostado por las mujeres. ¿De quién fue la culpa de que antes las mujeres no asumieran esta responsabilidad?
-En Prisiones ha habido mujeres antes. Lo que ocurre es que partimos de un cuerpo donde la mayoría eran hombres. El papel de la mujer ha evolucionado no sólo a lo largo de los últimos cuatro años, sino en las últimas décadas. No porque no se quisiera poner a una mujer a dirigir una prisión, sino porque éramos menos.
-Sólo hay 17 de mujeres al frente de las 82 prisiones en España. ¿En qué se distingue una prisión dirigida por un hombre de una como la de Teixeiro?
-Que nosotros estemos en la dirección, no quiere decir que funcione mejor o peor o que vayamos a arreglarlo todo. Puede que tengamos un estilo diferente. Los internos te ven más cercana, pero más que por ser mujer, por el hecho de ser joven.
-Teixeiro no es una excepción y no se salva de la sobrecarga de población reclusa. ¿Qué medidas se deben tomar con cárceles que están al 200% de su capacidad?
-Cuando un centro está saturado, hay que repartirlos por los demás. Cuando se saturan la prisiones en otras comunidades, los presos acaban llegando aquí. Ahora tenemos más población de la que nos gustaría. Aunque los planes para abrir nuevos centros en España continúan -ya se han inaugurado tres y hay proyectados más-, el problema continúa. El proceso es muy lento. En Galicia, el nuevo CIS supondrá más plazas para tercer grado. Eso aliviará la situación. No creo que Galicia necesite una cárcel más, igual necesita no tener más población de otras comunidades.
-Con esta situación, ¿el número de funcionarios es suficiente?
-Tenemos 500 trabajadores en Teixeiro y 1.700 internos. Si los funcionarios son los mismos y la población reclusa aumenta, perdemos calidad de vida del trabajo. La seguridad se trata de garantizar, tengamos los funcionarios que tengamos, pero el trabajo siempre va a ser más complicado.
-El 25% de los reclusos son enfermos mentales. ¿Es su sitio la prisión?
-Ésta es una situación que viene heredada. Que no es la solución, es evidente. Te encuentras con estos internos que han sido condenados a una pena de prisión en lugar de a una medida de seguridad y tienes que buscar una solución. Madrid creó un programa de salud mental para intentar fomentar las actividades con ellos. Eso es lo que nosotros podemos aportar.
-El fiscal de Medio Ambiente gallego critica la falta de módulos psiquiátricos en prisión para los incendiarios...
-Éste no es el sitio para ellos. Ahora mismo sólo hay dos módulos psiquiátricos penitenciarios en toda España: Sevilla y Alicante. No es la solución recuperar estas unidades. El Código Penal ya prevé las medidas de seguridad en función de las penas. Habrá que ver qué medidas de seguridad, que recursos hay fuera, pero no la prisión.
-¿En qué porcentaje se llega a la reinserción de un preso?
-Es muy difícil dar una estadística fiable. Nuestra labor es intentarlo. Independientemente del logro, tienes que darle al interno el máximo de posibilidades y motivarlo. Nosotros tenemos un control de lo que pasa aquí, pero sobre lo que ocurre de fuera, es muy complicado.
-¿Qué le parecen iniciativas como El coro de la cárcel?
-No he llegado a seguir ninguno de los dos programas televisivos, Con este reality las personas de fuera, han conocido otra cara de la prisión: un lado más humano de los internos y el trabajo de determinados profesionales.
-El ex banquero Mario Conde estuvo la semana pasada en Alcalá Meco para dar una conferencia a los presos. ¿Los ricos delinquen menos o van menos a la cárcel?
-No se conoce la realidad ni por qué está cada uno. Es un error común pensar que toda la que está en prisión proceden de un ambiente marginal, aunque probablemente sean la mayoría.

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