03 abril 2009

Papillon en La Torrecica
Un hombre se escapó el otro día de la prisión de La Torrecica deslizándose por la ventana de su celda con unas sábanas, como debe ser, suceso que nos devuelve al tebeo, donde estas fugas han tenido siempre una divertida respuesta. Dicen que la obligación de un preso es fugarse en busca de la libertad, aunque en este caso se frustrase su intento a las pocas horas. Con la misma ingenuidad de la escapatoria, el recluso se dejó atrapar en una estación de autobuses perdiendo así la efímera aureola de héroe. Vamos, que no es precisamente Papillon, el personaje de una novela que fue llevada al cine en los años 70 con Steve McQueen y Dustin Hoffman como intérpretes. Se basaba en hechos reales. Papillon había cometido numerosos delitos y fue condenado a trabajos forzados en la Guayana francesa por un crimen que no había cometido, añadiendo al relato un evidente impacto romántico, aparte de que Papillon significa en francés mariposa, y eso favorecía la idea del vuelo inocente de un tipo que tenía más razón que un santo para intentar largarse. Lo consiguió en 1941.
El cine es el vehículo que nos ha arrastrado con más fuerza detrás de los fugitivos, y más si se trataba de Alcatraz, la prisión construida en un islote , convertida ahora en un museo que tuve la oportunidad de visitar en un viaje turístico por California. En mi libro Un manchego a bordo cuento cómo es este viejo penal llamado también La Roca que emerge del agua con un perfil siniestro. Alcatraz enciende de noche su faro, con una luz intensa y traicionera sobre el mar, que sin duda disuadió muchos intentos de abandonar el que había sido antaño una fortificación militar, antes de ser prisión federal y convertirse en parque nacional, el lugar histórico de hoy A la isla se llega por ferry desde el famoso muelle 33, cerca de Fisherman's Wharf, en San Francisco. En su mejor momento, llegó a registrar catorce intentos de fuga, dos personas lo intentaron dos veces, siete murieron y dos se ahogaron. Allí estuvo Al Capone, y eso es decirlo todo
Si el hermético lugar registró esas espectaculares salidas, no se pueden descartar en las cárceles españolas, que tienen una saturación desbordante. con ocho reos por cada cinco plazas y donde los presos extranjeros se han multiplicado por tres desde hace ocho años. Por lo que se refiere a La Torrecica es una de las seis prisiones de Castilla-La Mancha, sin que pueda decirse que las condiciones de los presos,y trabajadores del recinto sean mínimamente idóneas, como ya han denunciado los sindicatos, que aseguran la existencia de una tasa de hacinamiento del 225,18 por ciento.
Papillon no habría aguantado allí ni veinticuatro horas.

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