GRAVE INCIDENTE EN LOS JUZGADOS DE ZARAGOZA
Tres reclusos muy peligrosos se ´amotinan´ durante un juicio
Uno de los acusados se abalanzó contra la juez que presidía la vista
Los presos se cortaron las venas en los calabozos tras ser desalojados de la sala
J. M. PEREZ BERNAD
Tres presos muy peligrosos protagonizaron ayer un grave incidente en los juzgados de Zaragoza durante la vista que se les seguía por una agresión a funcionarios de la cárcel de Zuera. Una vez reducidos y trasladados al calabozo del edificio, los presos se cortaron las venas y tuvieron que ser asistidos en el hospital Provincial.
Los reclusos, incluidos en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES), están acusados por un delito de atentado cometido el 4 de febrero del 2004, cuando se encontraban en celdas de aislamiento colindantes. La peligrosidad de los acusados había provocado que se realizara un amplio despliegue de Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía en la sala de vistas, con un total de 14 agentes que permanecieron en pie y rodeando a los acusados hasta que se produjo el incidente.
Según explicaron dos de los procesados, Manuel Romero Lara y Agustín López Montserrat, el incidente en la prisión se produjo cuando el segundo insultó y amenazó a la ATS del centro penitenciario porque no le daban más pastillas.
Aunque los acusados no recordaban algunos aspectos de la rebelión, la diligencias instruidas reflejan que Romero intentó clavar un pincho carcelario en el cuello de un funcionario, que se salvó al protegerse con un escudo. El pincho había sido fabricado con un bolígrafo afilado.
Durante la declaración de López, éste denunció malos tratos y desatención de los funcionarios, por lo que la magistrada le ordenó que se callara y le advirtió con la expulsión de la sala. El preso no depuso su actitud y la juez ordenó que se lo llevaran de la sala.
REBELION
En ese momento, el preso intentó arrojar al suelo el sistema de videoconferencia de la sala, al tiempo que rompía la pantalla de una patada. Otro de los reclusos, Manuel Muñoz Aceituno, se abalanzó contra la juez pero fue derribado por los guardias en el estrado antes de que alcanzara su objetivo. El tercer procesado, Romero, no tuvo tiempo de moverse porque un agente le inmovilizó con una llave en el cuello.
La sala fue inmediatamente desalojada mientras los presos eran reducidos, produciéndose gritos e insultos por familiares de uno de ellos. En el forcejeo, los reclusos perdieron algunos clavos que llevaban ocultos entre las ropas y que no habían sido detectados a su llegada al juzgado.
El juicio prosiguió a puerta cerrada, mientras los presos eran conducidos a los calabozos del edificio, donde quedaron encerrados. No obstante, rompieron un cristal y utilizaron el vidrio para hacerse cortes de diversa profundidad en las venas. Finalmente, tuvieron que ser trasladados al hospital Provincial, donde fueron asistidos de sus heridas.
Fuentes policiales explicaron que el amplio dispositivo de seguridad desplegado en la sala se justificaba por los antecedentes de los tres presos. El temor a que provocaran algún incidente, como así ocurrió, les llevó a permanecer a los agentes en pie, pendientes en todo momento de las reacciones de los acusados.
El ministerio fiscal solicitaba para Romero tres años de cárcel por delito de atentado, uno para López y una pena multa de cuatro meses para Muñoz. Las acusaciones particulares, mantenidas por los abogados Cristina Ruiz-Galbe y José Luis Calonge en representación de los funcionarios, se sumaron a las mismas peticiones.
Tras el incidente que protagonizaron en la cárcel de Zuera, Instituciones Penitenciarias les había dispersado en diversos centros. Para asistir al juicio de ayer los tres presos habían sido trasladados a Zaragoza procedentes de las prisiones de Valencia, La Moraleja y Jaén II, respectivamente. Todos ellos cumplían condenas por delitos contra la propiedad, especialmente robos con intimidación, y cuentan con un amplio curriculo de conflictos y agresiones.
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