18 mayo 2009

Prisiones

Hasta tres presos comparten celda en la saturada prisión de Herrera de La Mancha

La población reclusa de esta prisión ha pasado de una media anual de 577 presos en 2007 a más de 670 el año pasado, siendo extranjeros la cuarta parte de los condenados

La población reclusa española sigue disparada y la prisión de Herrera de La Mancha es un ejemplo de ello. En un año se ha pasado de una media de 577 presos a 674 en 2008, prácticamente cien más.
Una saturación que ha llevado hasta tres presos a compartir una celda en algunos de los cuatro módulos. «La cárcel está al máximo de su capacidad», reconoce a este diario el juez de Vigilancia Penitenciaria de Castilla-La Mancha, Antonio Moreno de la Santa, quien matiza que no sólo ocurre en este penal, también en el resto de las cárceles de su jurisdicción (Alcázar y Albacete) y del estado español porque la población reclusa sigue creciendo.
En la cárcel de Alcázar, que es pequeña, la cifra también es significativa, ya que de 99 que había en 2007 se pasó a una media 152 el año pasado, según los datos recogidos en la memoria del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Castilla-La Mancha, que evidencian igualmente el incremento producido en la prisión de Albacete, que ha pasado de 164 presos a 203 en 2008.

Pero, el penal que congrega mayor número de presos sigue siendo Herrera, que en la actualidad tiene unos 600, una cuarta parte de ellos extranjeros.
Concebida en su origen como prisión de máxima seguridad, cuenta con cuatro módulos con sesenta celdas, siendo la capacidad real de ocupación de 260, ya que a éstas hay que añadir veinte más de los departamentos de destino, enfermería, ingresos y aislamiento. 260 plazas para una media que en el último año ha sido de unos 600 reclusos, o lo que es lo mismo, más del doble de su capacidad, rozando el hacinamiento.
Algo que rechaza el juez Moreno de la Santa, ya que asegura que el hecho de que esté al máximo no quiere decir que los presos estén hacinados.Reconoce, no obstante, que se han adoptado medidas y que «ahora hay dos presos por celda, incluso tres en algunos de los módulos».
Insiste en que el número de presos sigue aumentando y «prácticamente no hay plazas» en casi todas las cárceles españolas, incluso en las de nueva planta como la de Estremera, en Madrid.
Se construyó para aliviar la masificación que sufren las prisiones de la zona «y ya hay más de mil presos», siendo su capacidad real para unos 1.500.
«Está previsto para que haya un interno por celda, pero tiene camas para dos», en previsión del crecimiento de la población reclusa, indica el titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria a modo de ejemplo sobre cómo se ha disparado la población reclusa en los últimos años, siendo significativo el aumento de presos extranjeros, que en las cárceles de Castilla-La Mancha son aproximadamente un 25%. En Herrera, donde uno de cada cuatro presos es extranjero, hay 23 nacionalidades distintas, siendo las más numerosas Colombia con 57 presos, seguida de Rumania con 35 y Marruecos con 31. .
La mayoría de los reclusos son de segundo grado, 500 en la actualidad. En primer grado hay 32, de ellos 21 son terroristas de ETA, uno del Grapo y otro islamista del 11-M. De tercer grado hay 67, de los cuales 52 están en régimen de semilibertad en el Centro de Inserción Social de la capital, dependiente de Herrera, y 15 disponen de control telemático.
Estos llevan una pulsera que les permite gozar de libertad, trabajar y cumplir lo que les queda de condena en su casa merced a un dispositivo que posibilita tener un control de sus movimientos.
Un avance tecnológico que sirve también para paliar la saturación de las cárceles españolas.Por edades, la mayoría de los presos (261) tienen entre 31 y 40 años. De 41 a 60 hay 155; 114 reclusos están entre 26 y 30; 81 de 21 a 25 años, once están en la franja de 18 a 20 años y cuatro son mayores de 60, según los datos facilitados por el penal manchego.
En cuanto a los delitos, el director de la cárcel, Enrique Valdivielso, indicó a este periódico que la tipología delictiva es muy amplia.
Hay desde condenados por delitos contra la propiedad, hasta por terrorismo, pasando por delitos contra la salud pública (tráfico de drogas), la libertad sexual (violadores y pederastas), la seguridad vial, violencia doméstica y estafas.
Los que más han aumentando en el último año y primeros meses de 2009 siguen siendo los delitos por malos tratos en el ámbito familiar y contra la seguridad del tráfico. «Hay muchos presos por maltrato familiar y condenados por conducir sin carne o bajos los efectos del alcohol o circular a gran velocidad que no se tienen por delincuentes», señala el juez Moreno de La Santa.

noticia publicada en:
La Tribuna de Ciudad Real