08 enero 2010

Trabajadores critican el caótico funcionamiento de servicios como el agua o la calefacción

«Hay muchos compañeros de vigilancia que han llegado a un estado desesperado. Hay problemas con el abastecimiento de agua, falla la calefacción. Todo eso tienen que acallarlo estos funcionarios. Porque los internos protestan. ¿Qué les van a responder? Puede que muchas bajas sean producto del estrés». Un funcionario que no ha querido desvelar su identidad describía ayer lo que está ocurriendo en el interior de la cárcel, lo que también corroboraron luego otros trabajadores. Tras recabar el testimonio, este periódico trató de contactar con Instituciones Penitenciarias, pero era última hora de la tarde y ya no hubo respuesta.
Junto con esos problemas está también el elevado número de reclusos que cumplen condena en la cárcel coruñesa, una penitenciaría que tiene capacidad para 1.008 presos, pero en la que hay en torno a unos 1.800.
La convocatoria de plazas de funcionarios para poder atender a tal número de internos constituye otra de las grandes reivindicaciones del colectivo. Al mismo tiempo, recuerdan los constantes peligros a los que han de enfrentarse en el trabajo. Insultos o amenazas forman parte de su día a día. Uno de los incidentes recientes fueron los insultos que recibieron a mediados de mes del entorno etarra. Ello, unido al mal tiempo de los últimos días, explicaron los agentes sociales en el comunicado, es origen de muchas bajas.

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