Los trabajadores de la Cárcel de Segovia realizan un paro en protesta por la agresión a un funcionario

Cerca de 70 trabajadores del Centro Penitenciario de Perogordo en Segovia han realizado hoy un paro de cinco minutos a la entrada de la cárcel en señal de protesta por la agresión sufrida por un funcionario a manos de un recluso la pasada semana, que intentó apuñalarle con un arma de fabricación casera. Los funcionarios de prisiones salieron a las puertas del centro penitenciario a las doce del mediodía exhibiendo carteles en los que se podían leer las frases "Gallizo dimisión",-en alusión a la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo- "Masificación=agresiones" o "¿Quién será el siguiente?". El presidente de la Junta de Personal de la Administración General del Estado en Segovia, F.P.L., ha leído ante los funcionarios un comunicado conjunto aprobado en la reunión extraordinaria celebrada hoy en el que piden a la administración penitenciaria "que dote al centro del personal adecuado y se aplique el rigor necesario reglamentariamente regulado que garantice la seguridad en el centro penitenciiario". En el comunicado, los sindicatos representados en la Junta de Personal aseguran que el pasado año denunciaron la situación de "masificación y hacinamiento" de la cárcel de Segovia, ya que actualmente está ocupada por 600 internos cuando su capacidad real es de 344 plazas" Esta situación ha derivado en un "incremento de la conflictividad del centro, y el presagio de que podía ocurrir algo peor se ha cumplido con la brutal agresión con un arma sufrida por un compañero". Tras la concentración, que se desarrolló de forma pacífica, el presidente de la Junta de Personal ha manifestado a los periodistas que los representantes sindicales reclamarán ante las administraciones penitenciarias "que la cárcel de Segovia recupere la idea para la que fue concebido como centro pionero de programas de reinserción". En este sentido, ha señalado que en la mayor parte de los módulos del centro "tenemos celdas saturadas con escasas posibilidades de clasificación, lo que hace que reclusos preventivos convivan con penados o reincidentes

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