28 noviembre 2005

Las pulseras «antifuga» han controlado este año los permisos de 1.275 presos

D. Valdecantos


Madrid- A lo largo del año, 1.275 presos han disfrutado de permisos penitenciarios con sistemas de localización permanente, es decir, con pulseras o tobilleras que avisan cuando el recluso se encuentra en su domicilio durante sus salidas de prisión. Esta cifra supone un incremento del 43,4 por ciento con respecto al número de personas acogidas en este régimen especial de tercer grado del año pasado. La directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, confirmó esta cifra durante la comisión de Interior que se celebró ayer en el Senado, donde defendió el desarrollo de penas alternativas a la cárcel, en régimen cerrado.
Gallizo, además, adelantó que el uso de estas tecnologías se ampliará con un sistema de reconocimiento de voz para quienes deben estar localizados de forma permanente en lugares donde los funcionarios de prisiones puedan conocer y el seguimiento constante por GPS, como sistema cautelar complementario a las medidas ordinarias de control.
La responsable de prisiones explicó que ya se han llevado a cabo pruebas en este sentido durante los permisos de condenados por agresiones sexuales cuyos buenos resultados abren buenas perspectivas para su implantación en el futuro.
Aumentan los terceros grados. Asimismo, Gallizo avanzó que en 2004 se incrementaron en 1.800 las resoluciones de tercer grado respecto a 2003, y aseguró que durante este año la proyección en estos momentos apunta a un aumento de 2.500 decisiones de este tipo de régimen extraordinario.
Con respecto a los quebrantamientos de los permisos concedidos, la directora de prisiones dijo que se mantienen desde hace dos años alrededor de un 0,6 por ciento. En concreto, en 2004, fueron vulnerados 438 de los 76.974 permisos concedidos.
La directora de prisiones defendió todas estas tesis en la Cámara Alta adonde acudió para dar cuenta al Partido Popular de unas declaraciones donde defendió que la cárcel no sea el único recurso para cumplir condenas privativas de libertad, más aún, puntualizó, con la «sobreocupación» que padece el sistema penitenciario en España. «Nuestra sociedad no es más o menos segura porque tenga más o menos personas privadas de libertad», manifestó Gallizo.

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LA RAZON