Atracador consiguió libertad condicional por enfermedad incurable
Fernando Sánchez Medina, el mayor de los dos atracadores de la joyería Royo de Castelldefels, obtuvo la libertad condicional por sufrir una enfermedad incurable en 1992, cinco años después de haber ingresado en prisión por el homicidio de un comerciante de Barcelona cuya tienda asaltó.
Según han confirmado hoy fuentes penitenciarias, el atracador obtuvo la libertad condicional por enfermedad en 1992 y, dos meses después, volvió a cometer otro robo con violencia, por lo que se le revocó el permiso y, en julio de 1992, regresó a la cárcel para permanecer en ella hasta 1999.
Aunque su condena finalizó en abril del año pasado, cuando obtuvo la libertad definitiva, Fernando S. había abandonado la cárcel cinco años antes, según publica hoy 'El Periódico de Cataluña'.
De esta manera, el atracador, que había sido condenado a dieciséis años de prisión, sólo estuvo encarcelado durante doce años repartidos en dos períodos de seis.
El recluso se benefició de un artículo del reglamento penitenciario que permite que un interno que sufre una enfermedad grave y crónica pueda obtener la libertad para morir en casa, pero para ello es necesario que disponga de un certificado médico inicial, un posterior informe favorable de la junta de tratamiento de la cárcel y la autorización del juez de vigilancia penitenciaria.
Terra Actualidad - EFE
Fernando Sánchez Medina, el mayor de los dos atracadores de la joyería Royo de Castelldefels, obtuvo la libertad condicional por sufrir una enfermedad incurable en 1992, cinco años después de haber ingresado en prisión por el homicidio de un comerciante de Barcelona cuya tienda asaltó.
Según han confirmado hoy fuentes penitenciarias, el atracador obtuvo la libertad condicional por enfermedad en 1992 y, dos meses después, volvió a cometer otro robo con violencia, por lo que se le revocó el permiso y, en julio de 1992, regresó a la cárcel para permanecer en ella hasta 1999.
Aunque su condena finalizó en abril del año pasado, cuando obtuvo la libertad definitiva, Fernando S. había abandonado la cárcel cinco años antes, según publica hoy 'El Periódico de Cataluña'.
De esta manera, el atracador, que había sido condenado a dieciséis años de prisión, sólo estuvo encarcelado durante doce años repartidos en dos períodos de seis.
El recluso se benefició de un artículo del reglamento penitenciario que permite que un interno que sufre una enfermedad grave y crónica pueda obtener la libertad para morir en casa, pero para ello es necesario que disponga de un certificado médico inicial, un posterior informe favorable de la junta de tratamiento de la cárcel y la autorización del juez de vigilancia penitenciaria.
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