23 julio 2007

Instituciones Penitenciarias abre una oficina de reclamaciones para mejorar la calidad de las cárceles

Como cualquier turista descontento con los servicios de un hotel, desde el pasado 1 de julio los presos también tienen derecho a protestar oficialmente por las deficiencias que encuentren en las cárceles.

La directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, ha dictado una orden interna que aprueba un formulario donde se recogerán y tramitarán las demandas de los usuarios, así como las iniciativas para mejorar la calidad de los servicios y las instalaciones de los penales dependientes del Ministerio del Interior. La nueva normativa busca extender la imagen de que las cárceles son otro servicio más de la Administración y que sus usuarios siguen siendo ciudadanos con sus derechos intactos, incluido el de reclamar al Gobierno un mejor servicio.
Sin precedentes en la historia penitenciaria española, la orden establece que los formularios se podrán presentar en los centros de atención que se crearán dentro de cada cárcel. Pero los vientos aperturistas de Gallizo tendrán límites. Y para evitar el colapso en las oficinas y que los internos demanden por demandar, la orden define de manera taxativa qué se entiende por queja y qué es una sugerencia. Así, queja es «la facultad que pueden ejercer los ciudadanos de poner de manifiesto cualquier tardanza, desatención o anomalía observada en el funcionamiento o calidad de los servicios prestados por la administración». Y sugerencia es «toda iniciativa que puede proponer el ciudadano para lograr la mejora en la organización, en el funcionamiento o en los medios personales y materiales de los servicios administrativos».


ES UNA NOTICIA DE:

LA VOZ DE GALICIA

El 72% de las reclusas de la prisión de Brieva son extranjeras
Menos reclusas, más nacionalidades. El censo del centro penitenciario se ha reducido en relación al año 2003, aunque la presencia de inmigrantes es creciente: un 8% más que en 2006.

La población reclusa extranjera que reside en el centro penitenicario de Brieva en Ávila ha aumentado con respecto al pasado año, según datos facilitados por la dirección de este centro abulense.Si en 2006, este sector del centro penitenciario de Brieva suponía un 64%, a fecha de junio de 2007 ya se posiciona en un 72%, lo que significa un 8 por ciento más que el año pasado.Es decir, en estos momentos el número total de internas asciende a 249, de las cuales, 179 son extranjeras y tan sólo 70 han nacido en España. A diferencia del pasado año cuando el centro contaba con 161 inmigrantes y 92 españolas.De las 179 reclusas extranjeras, 67 son presas preventivas y, el resto, 112 son penadas.En cuanto a la población reclusa de inmigrantes, las bolivianas son las reclusas más numerosas, en la actualidad ascienden a 29.Le siguen las que poseen nacionalidad colombiana (24), mejicana (11), brasileña (17), dominicana (16) y venezolana (9).La lista se completa con la pertenencia de una, dos o, incluso tres reclusas a alguna de estos países con la consiguiente nacionalidad: Ucrania, Austria, Lituania, Bulgaria, Francia, Italia, Portugal, Rumanía, Marruecos, Antillas Holandesas, Argentina, Ecuador, Paraguay, Malasia, Eslovaquia, Irlanda, Grecia, Países Bajos, Ghana, Guinea Bissau, Senegal, Nigeria, Sierra Leona, Sudáfrica, Cabo Verde, Jamaica, Guatemala, Perú, El Salvador, Chile y Costa Rica.Según el director del centro penitenciario de Brieva, Jesús Martín, la mayoría de la reclusas que residen en el centro lo hacen por haber realizado algún delito contra la salud pública.Estas 249 internas forman parte de las 5.466 que, en la actualidad, viven en las cárceles españolas, es decir, el 8,27%, según datos de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, correspondientes a junio de 2007.La población reclusa masculina en España asciende a 60.538, es decir, el 91,73% restante, de un total de 65.996 presos que habitan en las prisiones españolas. En Castilla y León el pasado mes de julio había 6.899 presos, de los cuales 5.725 eran presos penados y 1.174 se encontraban en situación de preventivos, pendientes de comparecer ante un tribunal.En lo que respecta a la evolución registrada en los últimos años, entre 2004 y 2005, el número de reclusas inmigrantes que cumplen condena en la cárcel abulense experimentó un gran crecimiento. Así, de 81 que eran en 2004 pasaron a formar parte del centro 80 más en 2005, situándose, a finales de diciembre de dicho año, en 161 extranjeras. Aunque en lo que se refiere a la población registrada entre 2003 y 2004 hubo una reducción del 21,4%.A pesar de ese descenso, en términos generales y desde 2005, la población inmigrante de presas ha ido aumentando progresivamente.En definitiva, la evolución de la cifra de reclusas extranjeras continúa al alza, concentrándose en la prición de Brieva un total de 179 presas.
En cuanto al personal que trabaja cada día en el centro penitenciario de Ávila, ubicado en Brieva, destaca la presencia de 170 trabajadores, que se dividen en personal laboral y personal funcionario. En los últimos diez años la población reclusa en España creció en 21.562 personas, situándose a fecha de julio de 2007 en un total de 65.015 presos. De entre los colectivos que más han crecido en número, durante este último periodo mencionado, se sitúan los extranjeros frente al aumento del número de españoles, según datos consultados en la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Así 2006, cerraba el ejercicio con un incremento del 9,4 por ciento frente al ascenso de presos españoles de un 2,2 por ciento. Así, desde 1997 hasta hoy, el número de reclusos en las cárceles españolas ha ido avanzando progresivamente. Por lo que los 43.453 que se registraban hace 10 años, se han convertido en 65.015. En el caso de las prisiones de nuestra Comunidad, la cifra de reclusos se sitúa en 6.809.
ES UNA NOTICIA DE:
DIARIO DE AVILA DIGITAL

- Andreu Estela Barnet. Jefe de la Unidad de Formación de la Escuela Judicial de España
"El éxito del nuevo modelo penitenciario depende de Prisiones"


El experto considera que la la Dirección de Prisiones no se involucra lo suficiente



El papel de la Dirección General de Prisiones y la Escuela Nacional de Penitenciaria ha sido criticado por un experto español que participó en la elaboración de la estrategia para la implementación el nuevo modelo penitenciario que se lleva a cabo en diez cárceles del país.

Andreu Estela Barnet, jefe de la Unidad de Formación de la Escuela Judicial de España, pone en manos de Prisiones el éxito o el fracaso del nuevo modelo. La ayuda dada por el Parme, a través del componente Justicia, cesa el 31 de este mes. Barnet habló para DL.

¿Cuál es el papel que está jugando la Dirección General de Prisiones y la Escuela Nacional Penitenciaria en el nuevo modelo?


En este momento, creo que la Dirección General de Prisiones tendría que tomar un papel mucho más activo en el desarrollo del nuevo modelo; tendría que dar mucho más apoyo a los centros que lo están experimentando, tendría que tecnificarse más, tendría que ser más motor dentro del proceso de todo el cambio.


Pienso que es un déficit que en estos momentos presenta la Dirección General de Prisiones.


¿Ve usted alguna timidez en su trabajo?


Hay que decirlo claro, creo que sí. Hubiese podido hacer más de lo que ha hecho. Entiendo que su postura no es fácil porque está a caballo entre dos modelos y, lógicamente, tiene que atender los diez centros del nuevo modelo penitenciario y los veintitantos restantes del viejo modelo, pero eso no es excusa para no tener una actitud más proactiva hacia el nuevo modelo, más liderazgo para la implementación y, sobre todo para una cosa que yo he echado en falta: apoyo directo tanto en cuanto a recursos personales y materiales, apoyo técnico y logístico y apoyo moral, que ese es todavía más importante, porque ese no cuesta dinero.


¿Quiere usted decir que hay un comportamiento reacio?
Yo no creo que sean reacios a la implementación del nuevo modelo, esto no lo quiero decir no pienso que sea eso. Yo pienso que no se han puesto la pilas en involucrarse en el nuevo modelo. Lo que pasa es que Prisiones no está dotada de todas las herramientas que necesitaría para insertarse en el nuevo modelo.
Creo que hay una incapacidad técnica, pero creo que es que no ha habido interés en adquirir esa capacidad técnica. Ese liderazgo que de forma natural, por lógica, tendría que tener la Dirección General de Prisiones.


¿Cuál es la relación interinstitucional de las instituciones que interactúan en el sistema?
Creo que quien ha tenido demasiada relevancia y demasiado liderazgo del tema, sin corresponderle en la parte de gestión de los centros ha sido la Escuela Nacional Penitenciaria.
El papel y la función que cumple la Escuela Nacional Penitenciaria, simplemente, no es otro que seleccionar y capacitar el personal para el desempeño en su función en los centros penitenciarios. Por tanto, quien tiene que darle los insumos a la Escuela Nacional Penitenciaria para que pueda elaborar sus plantes de formación tiene que ser la Dirección General de Prisiones.
Una vez ha terminado la relación de la Escuela con estos profesionales a los que forma, esas personas tienen que integrarse a los centros dependiendo siempre del director del Centro y posteriormente del director de la Dirección General de Prisiones.
Por todo lo que usted ha expuesto, entonces el nuevo modelo penitenciario depende de Prisiones.
Sí, creo que más que apoyar el nuevo modelo penitenciario, debe implicarse en él.
La Escuela Penitenciaria es un recurso del que dispone la Dirección General de Prisiones y la Procuraduría General de la República para formar a su personal.
Ese es el papel que debe tomar la Escuela. Es un recurso para la Dirección General de Prisiones. Pienso que para implementar el nuevo modelo penitenciario en las restantes cárceles del país, más que lo económico en estos momentos, es la postura de la Dirección General de Prisiones, ahí es que está el futuro de que se implemente en todo el país.


¿Los vigilantes no obedecen las directrices de Prisiones?
Los agentes de vigilancia y tratamiento penitenciario dependen de la Dirección General de Prisiones. Lo que sucede es que ante la situación que comentábamos, de la no total implicación de Prisiones en lo que es la gestión y el seguimiento de los centros donde se ha implementado el nuevo modelo en los centros de corrección y rehabilitación, los VTPs tienden a tener como referente la Escuela Nacional Penitenciaria y eso no debe ser así.
La Dirección General de Prisiones es la que debe evaluar su desempeño, supervisarle, marcar sus directrices, sus estilos y métodos de trabajo de los VTPS.
La Escuela es un recurso del que dispone para seleccionar y evaluar el personal.
- Federico Méndez

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DIARIO LIBRE